Amargo nace en una etapa nueva de mi vida, yo soy Camila, quien pensó esta idea como un hilo conductor de vínculos, tengo 47 años y desde hace más de 20 trabajo en la venta de mates ,pero solo en los últimos tiempos redescubrí lo que realmente el mate significa, no como excusa para vender un producto, dejando de lado el marketing y el lema de que hoy todos lo toman, en esencia, el mate como un símbolo de unión, de compartir una charla con tu hijo, con tu viejo, preparándolo un domingo a la mañana para tu pareja, dándote un tiempo para pensar y disfrutarlo solo, del encuentro con tu amigo mate en mano, en el laburo, en las noches sin dormir por estudio, en la cancha, en un viaje, en lo cotidiano del día a día, en momentos de paz, y en momentos de desolación, con multitudes o en soledad, yo creo en el mate como un símbolo, como un acto de entrega de los mas valioso que tenemos, que es nuestro tiempo, darnos a nosotros mismos ese momento o entregárselo al otro, sentir el mate y disfrutarlo, mostrarle el mate a la gente de otras tierras y enseñarle.
Amargo es mi compañero en esta aventura y los invito a que le den la oportunidad al mate, en cualquiera de sus formas, no importa si te sale la montañita, si tu amigo mueve la bombilla, si tu vieja tarda en tomarlo, el mate es reciprocidad, dar y recibir.